“We are all spatial storytellers, explorers, navigators,
and discoverers, exchanging narratives of, and in, the city”
–Jane Rendell.
POLYGONA propone un modo de exploración con un enfoque crítico, participativo y social, donde es posible desafiar las normas sobre cómo el arte se enmarca y es representado. También es importante destacar que es un espacio que abre un diálogo y una interconexión entre los círculos académicos, artistas, trabajadores culturales y activistas; y entre las prácticas críticas y creativas.
El objetivo de este proyecto es exponer las oferta cultural de la Ciudad de México de una manera abierta. Para ello, creamos un sistema de navegación en red que permite al usuario explorar de forma procedural los espacios de exhibición y con eso, generar una línea de descubrimiento única y personalizada.
Mi preocupación se centra en cómo algunos profesionales de la cultura han estado utilizando métodos de acercamiento con los públicos de forma obsoleta o paternalistas y los públicos parecen resentirlo.
Esta propuesta sostiene que los modos experimentales de exploración pueden desempeñar un papel vital en el desarrollo de enfoques críticos de las geografías culturales de las ciudades y busca plantear grandes preguntas sobre las prácticas artísticas y su navegación en los públicos no conocedores. Esto incluye no solo cuestionar las prácticas de estudio y la representación; sino que también implica encontrar (o por lo menos intentar proponer) formas de sentir y experimentar los espacios de manera diferente (romper con el concepto de lo adecuado) para permitir que algo “otro” surja.
La experimentación que yo sugiero no viene de la interdisciplinariedad o la transdisciplinariedad, sino en el reconocimiento de que la comprensión de los patrimonios.
Este proyecto parte de la reflexión sobre la aproximación espacial y experiencial que tiene Jane Rendell en el ensayo Critical spatial practice. En este ensayo la urbanista cuestiona las relaciones público-espacio de exhibición-espacios públicos “Cuando el arte se encuentra fuera de la galería, los parámetros que lo definen se cuestionan y todo tipo de nuevas posibilidades para pensar acerca de la relación entre el arte y la arquitectura se abren. El arte tiene que comprometerse con los tipos de restricciones y controles a los que la arquitectura sólo suele estar sujeto. En muchos proyectos públicos, se espera que el arte asuma “funciones” en la forma en que la arquitectura hace, por ejemplo, para aliviar los problemas sociales, cumplir con los requisitos de salud y seguridad, o ser accesible a un público diverso y grupos de usuarios. Pero en otros sitios y situaciones arte puede adoptar funciones más críticas y las obras se pueden colocar de manera que lo hacen posible a cuestionar las condiciones de contratación de los proyectos mismos. Estas prácticas están más comprometidas con sus públicos, funcionan en relación con las deologías dominantes sin embargo, al mismo tiempo, las cuestiona y explora el funcionamiento de los procedimientos disciplinarios tradicionales y al mismo tiempo llamar la atención sobre los problemas sociales y políticos más amplios; esto es a lo que llamamos críticas sobre las prácticas espaciales”
Este ensayo fue publicado en el catálogo Art Incorporated en el 2009 a nombre de Jane Rendell:Critical spatial practice. Esta publicación fue curada por Sabine Nielsenn e incluye textos de Diller Scofidio, Renfr, Rafael Lozano-Hemmer y proyectos comisionados por Artangel, Skulptur Projekte Münster, y el London’s Fourth Plinth
• ¿los agentes culturales modificar las políticas públicas y los programas que marcan y definen la forma de
relacionarnos con el arte?
• ¿Puede una plataforma externa (digital) expandir el acto creativo de visitar un espacio de arte más allá de la autoría del artista o de la propuesta
curatorial definida por la institución?
• ¿Se puede medir o guardar registro de este cambio social?
¿es posible verificar el impacto de la interacción y llevar un seguimiento?
¿Por qué y para qué es importante que se generen estas relaciones?